Y ahí estaba
Mi sombra me gruñía, gestos de que me moviera
Pero para mí, los pies estaban ya atados
Unidos con largas cadenas a muchos pesos
A lo lejos la vi, vi su figura
Distorsionada por el calor de aquel desierto
Su vestido rosa apenas se veía
Por el polvo que sobresalía
Yo creí oír un susurro talvez una palabras
Saque la arena de mis sucios oídos
Y arrime mi mano izquierda para buscarle sentido
Pero viento vilmente ya se había interpuesto en nuestro camino
Ahora en un nostálgico parque, seco y olvidado
En un columpio sucio y oxidado
Con mis pies descalzos y jeans roto
Me columpio cada tarde
Tardes rojas como fuego
Las miro fijo como estatua
Una estatua que del tiempo, se ha olvidado
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