Capitulo III HyundaI Polarizado

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Capitulo III
Hyunday Polarizado


Estaba en misa sentada en la misma banca que utilizaba siempre,era un lunes y la semana santa se acercaba a paso veloz. En las calles los niños corrían libres, con una gran sonrisa en su boca por ser su primer día de vacaciones. Fue en ese momento cuando comencé a notar que algo estaba sucediendo. Ese día la misa le tocaba al padre Ledezma, pero por alguna extraña razón la misa fue dirigida por el obispo Rojas.
El resto de la semana hasta el viernes transcurrió con cierta normalidad. A mi puerta tocaron niños pidiendo comida, drogadictos pidiendo comida y la cruz roja vendiendo tico Bingo, visitas de las cuales ya estaba acostumbrada a negar desde mi ventana y escondida tras la cortina. Pero en realidad esas noches ahora que medito, había algo fuera de lo común, un carro blanco pasaba muy lentamente frente a mi casa, paso todas las noches como a las 10:00. El carro eran un Hyundai polarizado así como muchos que hay en mi barrio, lo único diferente de este, era que no tenia ni una mufla estruendosa o luz de neón hacia el piso, solo lo que el auto debía de tener.
El jueves en la mañana al despertar encontré mi jardín destrozado, las flores que con tanta delicadeza había cuidado estaban cortadas en el piso, al otro lado en sus grandes paredes con alambre de navajas, Cecilia mi vecina me llamaba junto con otras amigas para informarme y advertirme sobre lo que le había pasado en mi jardín. Doña Cecilia lacayo era esposa del un oficial de policía que trabaja el turno de noche, ella me contó algo que nunca me había esperado, al parecer un loko que de paso andaba borracho anduvo corriendo por todo el barrio tirando piedras a los techos de las casa y no solo eso, el loko andaba vestido de cura y al parecer no le gustaron las flores de casa y las arranco todas.

En ese momento el abogado de la defensa se dirigió hacia ella, y pregunto lo que todos querían oír en ese momento.
Y ella respondió.

Bueno en verdad el día del incendio vi cuando el Padre Juan Ledezma salía corriendo de la casa de mi vecino Kevin. Y digo que fue el padre ledezma por que unas horas antes él había tocado mi puerta, vestía su traje que estaba rasgado y majado en los ruedos, su cara estaba lejos de parecer normal.
El hombre que salió corriendo justo antes que la casa de Kevin Saedra ardiera en llamas y matara a su mama y su padrastro, era el mismo Padre Juan que vestía aun su túnica.

En ese momento las cámaras comenzaron a grabar y los resplandores de los flash comenzaron a atacar la cara del la vecina de kevin, a la ves que el Padre Juan arrugaba su cara y torcía sus ojos. Hubieras podido moverse un poco más pero las cadenas que lo amaraban a la silla y los tantos efectivos de seguridad le sostenían a realizar cualquier acción.
Parecía que el juicio ya estaba resuelto, el Padre Juan estaba ya con un pie en la cárcel y otro afuera, pero aun faltaba lo mas importante el testimonio del mismo kevin el único sobreviviente de aquel viernes rojo.

1 lokos dicen:

Amorexia. dijo...

Increíble, espeluznante y rabioso, este texto se las trae, el desenlace esta abierto, aún hay espacio para mas letras...

Saludos ausentes.-